La historia de este famoso dulce empieza a inicios del siglo XIX en Belém (Lisboa). Cerca del Monasterio de los Jerónimos había una pequeña refinería de caña de azúcar asociada a una tienda de comercio variado. Según explica la leyenda, cuando en el año 1820 se inició la Revolución Liberal de Portugal, todos los conventos del país se cerraron dejando sin hogar y sin sustento a quienes vivían en ellos, tanto los trabajadores como el clero. Con tal de sobrevivir, alguien del Monasterio decidió vender en esa pequeña refinería unas tartaletas de hojaldre rellenas de crema que más tarde serían conocidas como Pastéis de Belém.
La imponencia del Monasterio de los Jerónimos y de la Torre de Belém, atraían muchos visitantes que en seguida se aficionaron a saborear estos deliciosos pasteles originarios del Monasterio.
En 1837, después de haber ganado bastante dinero, este hombre decidió vender su negocio a Domingos Rafael Alves. Después de casi dos siglos, la fábrica sigue en manos de la familia. Él fue quien hizo que la empresa creciese y hoy en día llegan a vender más de 20.000 pastelitos cada día.
Aunque nuestros Pastéis de Belém no son los de Domingos Rafael, son los mejores de toda España. ¿Quiéres probarlos? Consulta nuestro catálogo.
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